Apoyo Diagnóstico

El ultrasonido o ecografía: Es una técnica de diagnóstico por imágenes que utiliza ondas sonoras de alta frecuencia para crear imágenes de los órganos y tejidos internos del cuerpo. En los tratamientos de reproducción asistida, el ultrasonido se utiliza para evaluar la salud y la función de los órganos reproductivos, como los ovarios, el útero y las trompas de Falopio. El ultrasonido también se utiliza para guiar los procedimientos de fertilización in vitro (FIV), como la punción ovárica y la transferencia embrionaria. Además, se utiliza para evaluar la reserva ovárica y la receptividad endometrial
La ecografía o ultrasonido es una herramienta importante en los tratamientos de reproducción asistida, ya que permite a los médicos evaluar la salud y la función de los órganos reproductivos, guiar los procedimientos de FIV y evaluar la reserva ovárica y la receptividad endometrial.

Análisis Sanguíneos:

Las pruebas de sangre desempeñan un papel crucial en los tratamientos de fertilidad al proporcionar información detallada sobre diversos aspectos hormonales y de salud reproductiva. Estas pruebas ayudan a los médicos a evaluar la función de los órganos reproductores, identificar posibles desequilibrios hormonales. Los resultados de estas pruebas, combinados con otros estudios y evaluaciones, guiarán el enfoque del tratamiento de fertilidad para optimizar las posibilidades de concepción. Es importante recordar que cada paciente es única, y las pruebas específicas pueden variar según las circunstancias individuales. 

Algunas de las pruebas de sangre comunes realizadas durante los tratamientos de fertilidad son:

Hormona estimulante del folículo (FSH): La FSH es una hormona liberada por la glándula pituitaria que estimula el crecimiento de los folículos en los ovarios. Niveles elevados de FSH pueden indicar una disminución de la reserva ovárica y problemas de calidad ovárica.

Luteinizante (LH): La LH también es producida por la glándula pituitaria y desempeña un papel en la regulación del ciclo menstrual y la ovulación. La relación entre FSH y LH puede proporcionar información adicional sobre la función ovárica.

Estradiol (E2): El estradiol es una forma de estrógeno producida por los ovarios. Los niveles de estradiol se evalúan en conjunto con FSH durante el inicio del ciclo menstrual para obtener una imagen más completa de la función ovárica. Entre otras funciones permite completar el desarrollo sexual secundario y las características sexuales femeninas, estimula la maduración del óvulo dentro del folículo y activa la liberación de la LH, induciendo así la ovulación. Además, junto con la progesterona, interviene en la preparación del endometrio para la implantación embrionaria.

Progesterona (P4): Se mide para evaluar si se ha producido la ovulación. Niveles elevados de progesterona indican que la ovulación ha ocurrido. Actúa durante la segunda fase del ciclo menstrual preparando al endometrio para la implantación embrionaria. También se encarga de mantener el embarazo. Si no se produce el embarazo y su nivel desciende, causa la expulsión del endometrio que se conoce como menstruación. Testosterona Total (T): Es la hormona masculina por excelencia. Sin embargo, las mujeres producen niveles bajos de testosterona que posteriormente debe convertirse en estrógenos. Sin embargo, las enfermedades como la hiperplasia adrenal congénita o en ovarios poliquísticos, los niveles pueden estar elevados.

Hormona antimülleriana (AMH): Esta hormona es secretada por los folículos inmaduros del ovario, por lo que se emplea como indicativo de la reserva ovárica. No depende de los óvulos maduros ni de las gonadotropinas, es decir, no es dependiente del ciclo menstrual, por lo que puede ser tomada en cualquier momento. Se utiliza para determinar la cantidad de óvulos que quedan en los ovarios. Niveles bajos pueden indicar una disminución de la reserva ovárica.

Prolactina: Esta hormona es especialmente importante durante el embarazo, ya que estimula la producción de leche en las glándulas mamarias. Niveles elevados en una mujer no lactante hace el diagnóstico de hiperprolactinemia, que es una causa de infertilidad y requiere tratamiento para lograr el embarazo.

Tiroides (TSH, T3, T4): Los trastornos de la tiroides pueden influir en la fertilidad. Se miden los niveles de la hormona estimulante de la tiroides (TSH) y las hormonas tiroideas T3 y T4 para evaluar la función tiroidea. T4 libre y T3 pueden indicar disminución de la producción de la hormona tiroidea, fundamental para el metabolismo, incluida la ovulación y el embarazo.

Pruebas inmunológicas: En algunos casos, se pueden realizar pruebas para evaluar la presencia de anticuerpos antifosfolípidos o problemas inmunológicos que podrían afectar la implantación del embrión.
Cariotipo: Se utiliza para evaluar la estructura y el número de cromosomas completo de una persona. El cromosoma es una estructura celular que contiene material genético y lleva información hereditaria, por lo cual es una herramienta importante en el diagnóstico de trastornos genéticos y otras condiciones médicas. En algunos casos, se pueden necesitar pruebas genéticas más avanzadas para un diagnóstico más preciso. La interpretación de los resultados del cariotipo generalmente se realiza en el contexto clínico por parte de genetistas y otros profesionales de la salud.

Exámenes infecciosos: pruebas sanguíneas para evaluar la presencia de infecciones que podrían afectar la capacidad de concebir o llevar a un embarazo exitoso. Algunas de las pruebas sanguíneas para infecciones comúnmente incluidas en la evaluación de la fertilidad son: Virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), Hepatitis B y C, Rubeola, Citomegalovirus (CMV), Toxoplasma, Sifilis, Chlamidia y gonorrea.
Todas estas pruebas ayudan a los médicos a identificar posibles obstáculos en el proceso de concepción y a determinar el tratamiento más adecuado.

…..por medio del espermograma sencillo o capacitado, análisis hormonales, análisis del ADN por medio del test de fragmentación espermática y biopsias testiculares.